jueves, 15 de julio de 2010

Lejos, qué lejos

Tu vocación veleidosa
Es fin y principio,
Es el orbe que va del cisma al reencuentro,
Del paroxismo a la adicción,
Y luego el desengaño,
Incontenible y lacerante,
Que dilata el transcurrir plúmbeo
De los segundos en verano.

Pinceladas de veneración obsesiva
Sobre el lienzo blanco del tedio,
Que trazan tu figura
Voluptuosa
Sumida en la indiferencia cotidiana
Hacia lo evidente
Huyendo en aras de la fruición etérea del vivir.

4 comentarios:

Raúl dijo...

Te haría un análisis (aunque no acepta mucho a nivel métrico-formal) pero últimamente ando un poco peleado con la filología.

Oye, y que digo yo que teniendo tiempo podrías volver a lo del nosequé escarlata que, así con la tontería, se estaba poniendo interesante.

Tomás dijo...

Pues sí, lo haré. De hecho ando buscando una idea para ponerme a escribir algo más en serio ahora que tengo tiempo. Si el Manolo puede yo también.

Besitos!

Raúl dijo...

Yo tengo un montón de ideas, pero ya me he demostrado a mí mismo que soy mejor teniendo ideas que ejecutándolas. Aun así, también estoy intentado empezar algo... todo sea por seguir el cliché del buen filólogo, jeje y si suena la flauta, igual (nos) sale algo potable.

p.d: espero con ansia el nuevo capítulo del ése escarlata.

Nergal dijo...

Me gusta mucho, ¡bravo! Como siempre no puedo evitar hacer conjeturas con la fuente de tu inspiración pero sabiendo que no dirás nada evitaré preguntarte.

PS La próxima reunión de la logia será en Mazarrón y yo seré el anfitrión.