Vosotras parís, vosotras decidís.

Salía yo hace un rato de la facultad de letras, después de asistir a una plúmbea conferencia de esas a las que me 'obliga' a asistir ese profesor depositario de tanto cariño por mi parte, cuando a la altura de Santo Domingo me he topado con una concentración de feministas que, bajo el tan manido eslogan de "nosotras parimos, nosotros decidimos", exigían el derecho al aborto libre. O la "ley de plazos", como se ha venido llamando últimamente a una ley que, aparte de los tres supuestos en los que es legal el aborto en este país (con sus respectivos plazos temporales), recogería un primer plazo de 14 semanas de gestación, dentro del cual se podría abortar sin aducir razón alguna.

El Psoe llevaba en su programa electoral de 2004 una modificación de la ley del aborto para transformarla en una ley de plazos. No lo ha hecho, y tampoco lo ha incluido en su programa para estas elecciones. El Pp, por supuesto, se opone a todo lo que huela a ley de plazos de lejos. Y de los curas que os voy a contar...

Me he quedado un rato allí mirando a los manifestantes (en su mayoría manifestantas) y sus variopintos letrerillos a ver si me coscaba un poco más de qué iba la película, mientras la prensa filmaba y fotografiaba la escena. Y en esas estaba cuando una señora de unos cincuentaypicazo tacos (me ha parecido), pasaba por delante de donde yo estaba, perseguida tras de sí por una iracunda manifestante quien, ataviada con los colgajos y cartelillos que requiere cualquier acto que pretenda llamar la atención de la sociedad (bastante aletargada y ocupada ya con sus propios asuntos), intentaba llamar su atención. Por lo visto, la primera había soltado algún comentario al pasar junto a las manifestantes, que no había hecho demasiada gracia a la segunda. Así que cuando la engancha, ésta le pregunta: "¿Le obligo yo a usted a abortar? Pues no me obligue usted a mí a tener el hijo". Y me ha parecido una gran réplica a cualquier comentario que haya podido hacer la otra infeliz.

Luego he seguido mi camino reflexionando sobre el tema, "La verdad es que casi mejor que aborten, total seguro que de mayor es un hijo de puta". En tan cínica frivolidad me hallaba inmerso cuando he llegado a la gran vía y he visto que el 44 ya había abandonado la parada del Corte Inglés y se dirigía hacia Santa Isabel. ¡Joder! Exclamaba a la vez que me ponía a la carrera para ver si lo enganchaba. Ni de coña. Así que después de tan infructuosa correntilla y de varios "joderes" más en voz alta, me he ido de nuevo a la parada a la que iba en principio a esperar al siguiente, pensando que estás cosas me pasan por curioso, que quién coño me mandaba a mí distraerme con aquello si yo no tengo útero ni nada.

Pero bueno, para que no caiga en saco roto el esfuerzo concienciador de los que allí se manifestaban para obtener derechos que no poseen, y dado el carácter contestatario y/o politicoso que se desprende de la blogsfera últimamente (véase el blog de Yhan, el de Raúl, o el mío propio), desde mi humilde blog les dedico este post y me solidarizo con su causa. Aunque entre la desinformación, el trasiego urbano, y las prisas de las que soy víctima a diario, no haya podido (ni querido) asistir a dicha concentración. Vuestro cuerpo es vuestro, si no queréis que otro ser vivo lo parasitee estáis en vuestro derecho, y bichos vivos matamos a diario dentro de nuestro propio organismo.

Ale, un besito!

PD: No quiero debatillos de índole moralizante sobre lo de matar fetos, ¿eh? que no van los tiros por ahí y no tengo ganas de rebatir obviedades. La gente con mala conciencia no es mi problema. No será que no os lo advierto.