lunes, 3 de diciembre de 2007

Trabubulandia

¿Os Habéis planteado alguna vez si todo lo que veis existe o si lo que veis es todo cuanto existe? ¿El mundo es tal y como lo percibimos por nuestros sentidos o bien éstos y nuestra manera de pensar influyen de tal manera sobre el modo en el que nos llega la información exterior, que no podríamos afirmar, como decía Descartes, que las cosas son como nuestro limitado cuerpo humano las ve, oye, huele, etc.?

Imaginemos que un perro cobrase conciencia de sí mismo y raciocinio, ¿Cómo podríamos explicarle que las cosas no son en blanco y negro como él las percibe, sino que son de colores? o aún mejor, ¿Cómo podría él explicarnos que el mundo es en blanco y negro? Un perro tiene limitada (en comparación con la nuestra) su capacidad visual, no en cambio su olfato, con el que pueden distinguir en el ambiente de una habitación el aroma de una persona que hace horas se fue de allí ¿Qué otros pintorescos olores percibirán y que ni siquiera somos capaces de imaginar, al igual que no somos capaces de imaginar un color que no hemos visto? en definitiva, ¿Cuántas cosas o matices de las mismas pasan desapercibidas ante nuestros imperfectos sentido y que realmente están ahí?

Hay sustancias psicoactivas capaces de incrementar nuestra capacidad sensorial y según he leído, existe una teoría según la cual, dichas sustancias ayudaron en la evolución del hombre al desarrollo de éstas capacidades, aya que se encontraban en la naturaleza y ser ingeridas por éste durante siglos.

En lo que respecta a mi experiencia personal, he podido experimentar dicho incremento temporal de mi capacidad de percepción con cada uno de mis sentidos. Recuerdo que el olfato cobraba una sensibilidad especial, tanto es así que cada bocanada de aire que atravesaba mi nariz resultaba ser una explosión gigante de sabores olfativos impresionante, una mezcolanza de olores de entre la cual yo era capaz de extraerlos todos y ubicarlos. Podía sentir la textura del aire, la edad de cada olor… y me llamó la atención que uno de estos olores era de color azul. Esto último no puedo explicarlo mejor. En cuanto al gusto, ocurría una cosa parecida: primero percibí como un chispazo el sabor de algo ingerido con anterioridad y un instante después notaba que mi lengua sentía todos y cada uno de mis dientes y una explosión de múltiples sabores, pero muy tenues, como vestigios de lo que por allí había pasado. Era capaz de distinguir matices que sería incapaz de distinguir normalmente. Imaginé como sería degustar algún alimento en ese estado, y pensé lo placentero que resultaría, por ejemplo y trozo de pulpo.

Esto ocurría con cada uno de mis cinco sentidos, siendo el más divertido la vista, el menos a mi gusto el tacto, y el más desconcertante el oído, pues se oyen cosas que aparentemente nadie ha pronunciado. Sonidos, no palabras. Después reflexioné sobre si dichos sonidos los estaría emitiendo algo o alguien cuya presencia no podemos percibir sensorialmente, puesto que ya prácticamente había descartado que las cosas fuesen como yo las distingo. Lo que sí es cierto es que al día siguiente y aún con cierto porcentaje débil e imperceptible de la susodicha sustancia en mi cuerpo, descubrí que tenía bastante más oído musical que el que tengo normalmente cuando me puse a tocar la guitarra. También descubrí que aún me costaba bastante esfuerzo concentrarme en alguna tarea que requiriese cierto grado de atención, pues en el estado anteriormente descrito es muy difícil tener una conversación normal porque tu mente se dispersa, se pierde en otro pensamiento antes de desarrollar el primero, y se tiene muy poca facilidad para expresar cosas. Como si no encontrases las palabras que buscas, pero si conceptos para los cuales no existe palabra. Quizás los enfermos mentales que encerramos en manicomios sean personas que tienen un estado parecido al que se experimenta en esa circunstancia.

En contraposición a esta merma de mi capacidad de atención (poco a poco la fui recuperando), me sentía tremendamente imaginativo, capaz de componer, de inventar… me podía pasar horas pensando conmigo mismo, y muy sobrio, tranquilo y capaz de tomar decisiones importantes. Con mucha calma, casi feliz.

Besitos!!

12 comentarios:

VaNe dijo...

Se de lo que hablas y estoy de acuerdo contigo en que si no lo sientes es muy dificil de entender.
Por el contrario uno de los sentidos que mas cambian en mi en ese estado es el tacto...todo es mil veces mas suaves o mil veces mas rugoso o simplemente percibes cosas q antes no...en fin, supongo que es verdad que existen unos seres llamados trabubus!
Un beso!!

Anónimo dijo...

Como ejemplo del sentido del tacto alterado, recuerda a Gajín frotando esa piedra, que notaba excepcionalmente lisa y divertida.

escarcha dijo...

yo comparto lo del oído con tomás, lo de la vista no lo tengo mu claro..
creo que lo único que existe es lo que está en nuestra mente, lo que imaginamos. ¿quién lleva razón, el perro o nosotros? cada uno vive su realidad, a un lado u otro de ella, pero es la suya; así que pienso que si la alteramos (no siempre hacen falta sustancias) sigue siendo algo real, pero único.

el único problema es que ahora cierran la verdad en cárceles y manicomios, asi que a veces veo chungo lo de vivir una propia realidad.

Anónimo dijo...

Qué te voy a contar, Tom? La verdad es que es algo más allá de un pelotazo... hay momentos totalmente trascendentales. Y a diferencia de una borrachera, no estás totalmente perdido diciendo gilipolleces, estás dentro de un mundo que tiene sentido. Otro del habitual, pero no por ello tiene que se mentira... vamos, que la comparación del perro y el hombre me parece bastante acertada.

A mí me dio por la vista sobre todo... todo se trasformaba, todo era un juego de luces, sombras y sensaciones. El tacto tb me dio buenos momentos y el oído creía que no, pero a veces me giraba para escuchar algo que, ahora que lo pienso, no tenía un emisor.

Pero sobre todo, me "animó" un sexto sentido, llamémosle "el de las corazonadas". Sabía porqué sitios debía ir, los que no tenía que abandonar y lo que tenía que rechazar, así como a las personas. No debía beber, por ejemplo. Supongo que le habrá pasado a más gente (al propio tom no le dejaban fumar)... y no sé, si no estaba pensando yo, quién era? O era yo a otro nivel sensitivo?

O quizás iba hasta el culo? No, no creo... :P

En fin, mola. Aunque tb hubo momentos que me moló menos porque tenía alguna preocupación en la cabeza. Pero siempre es un viaje, en un amplio sentido de la palabra.

P.D: Post largo, comentario largo, jeje.

El intoxicador dijo...

Como mola el post. Muy bien descrito, se acerca a la realidad.
Luego te comento mas tranquilo en casa.

Un ToxiAbrazo!!

P.D: Por cierto la "susodicha sustancia" es la Psilocibina.

Nergal dijo...

Qué cojones! Ese sexto sentido era yo que estaba ahí vigilando que no se os fuese la cabeza. Malditos seáis... ¿a quién se le ocurre hacer esas cosas un domingo por la tarde?

Jeje, es broma. Ya os he comentado que cuando yo las probé pude notar como mis emociones y/o pensamientos se mezclaban con la realidad. Si estaba feliz con alguien, veía como le daba un abrazo aunque luego ese abrazo nunca haya "existido". También podía ver la música y pensar sobre cosas que nunca me había planteado. Yo lo veo como algo que rompe los diques de la realidad asentada por nosotros mismos y otorga como posibles otras cosas. Tened en cuenta que no vemos las cosas como son, sino que interpretamos estímulos que reciben nuestros órganos sensoriales que,una vez recogidos por nuestro cerebro, éste los utiliza para "fabricar" lo que creemos es real. Es algo así como que un ordenador recibe ceros y unos pero a partir de ellos puede mostrar una foto por pantalla, decirte cuál es la raíz de 163903387 o reproducir una canción. Yo creo que deberían utilizarse en alguna ocasión de la vida para retirarte y meditar. Aunque ya sé para qué las quiere usar todo el mundo :P

Anónimo dijo...

Pos para eso se toman, para meditar... y qué cojones nos cuidastes? Si aparecistes gritando para asustarnos y no querías más que rayarnos? Hijoputa! Y todo xq no estabas en la lista, jaja!

P.D: El "sexto sentido ese" no tenía lógica exterior sino interior, no sé si me explico... era más extrasensorial. Es difícil de explicar, la verdad.

Nergal dijo...

Vosotros intentasteis embarcarme en ese viaje y yo me negué 100 veces. Yo me taché de la lista. Y tampoco os rayé tanto... cuando dijiste que querías la opción de no rayar me limité a cuidaros. Mí bueno.

Lo del sexto sentido ese me suena a que te dejaste llevar por la intuición (que a veces falla menos que la lógica :P )

El intoxicador dijo...

Las setas, los moguis, los hongos, los champiñones, las casa de David el gnomo que nos comemos, la Psilocibina, en fin, la llave que abre a nuestras mentes la puerta de Trabubulandia. Donde todo es genial, lo es por que nuestra mente es totalmente libre y dejamos a nuestros sentidos que no esten atados solo a lo que tenemos grabado "por defecto" o vamos grabando hay durante nuestra vida. Es totalmente libre para escuchar cosas que no habiamos oido,ni sabemos lo que son; ver verde lo que antes"se supomia"que era marron y suave lo que deberia ser rugoso. Cuando estas alli y tomas una bocanada de aire, no es aire fresco ni contaminado, es aire, aire de otro lugar.
Es maravilloso, despreocupacion total por lo mas importante y toda tu antencion para la hormigita o el junco que te abla (ee Tom, jeje).
Los hongos tienen un reino aparte no son animales, ni vegetales, ni transexuales.... a lo mejor es ese reino el que visitamos...

Un ToxiBesito!!

Anónimo dijo...

Ay Dios, un completo alegato sobre qué buenas son las susodichas sustancias! Pero no cuela, son malas niños, malas.

Mirad como se ha quedao Ramoncín. O Marichalar. No sigo que me encierran.

VaNe dijo...

Hombre yo creo q ninguno queremos q nos de un marichalazo pero hasta entonces voy a seguir disfrutando, nunca se sabe y tampoco creo q Marichalar le diese mucho a la Psilocibina...jejejejje

Anónimo dijo...

Es un poco psicodélico esto que comentas, pero parece ser bastante divertido. Lo que mas me ha gustado es lo de distinguir los olores tio y lo de desarrollar el oido tb mola. Ya se de donde sacaba Ritchie Balckmore tanto riff wapo.

Un abrazo tio. Lenas