domingo, 30 de agosto de 2009

¡Alejaos de lo cambiante, niños!

Creo que siempre es más valioso aquello que menos varía con el tiempo, lo perdurable. Y la medida somos nosotros. Consideraremos por encima de nosotros aquello capaz de sobrevivirnos.

Atendiendo a la idea o concepto de Dios, me atrevo a afirmar que lo consideramos valioso en tanto en cuanto le atribuimos la idea de "eterno". Algo parecido ocurre con el concepto de "país", de nuestro país, lo consideramos importante (entre otras cosas) por su gran duración en el tiempo, hacia el pasado o hacia el futuro. Algo a lo que pertenecemos pero que nos sobrevivirá. "Una unidad de destino en lo universal", como decía José Antonio Primo de Rivera. Le otorgamos valor a los países hasta el punto de matarnos entre nosotros por ellos.

Con objetos o ideas ocurre lo mismo, las obras de Shakespeare están tan bien consideradas aun hoy día porque versan acerca de comportamientos humanos que trascienden más allá de una época concreta. Las mejores canciones son aquellas que no pasan de moda, las que no te aburres de escuchar. Y así un largo etcétera.

¿Es posible aplicar está relación de proporcionalidad entre calidad y duración a los seres humanos? Creo que sí. No obstante hemos de tener en cuenta que, como seres humanos, estamos sujetos a la mutabilidad como característica inherente a nosotros mismos. Forma parte del "ser" humano, de nuestra esencia. ¿Podríamos decir entonces que los humanos que menos cambiamos (puesto que todos cambiamos) somos los que presentamos mejor calidad humana? Sí, aunque esto parezca contradecir el tradicional concepto de ir evolucionando, aprendiendo, para lograr superarnos, ser mejores seres humanos en lo espiritual. No lo contradice y me explicaré:

Todo proceso evolutivo, sobre todo si hablamos en el plano moral e intelectual, debe obedecer a unos patrones. Esto es, seguir una línea recta en una dirección determinada y con un orden. Mediante éste, pasamos de un estadio inferior a otro superior manteniendo unos criterios, desechando otros, y adquiriendo nuevos, gracias a nuestras experiencias en la vida, bien sean internas (pensando), o externas (interrelaciones). Es importante tener clara esa "dirección" para ser dueños de nuestra propia mutabilidad y dar solo los pasos necesarios en línea recta, que serán obviamente menos que si no la tenemos, y por ello seremos mejores. Menos cambiantes. Aquel que no tiene este rumbo, esa línea recta, acaba oscilando hacia los lados (lados en sentido figurado), dando así más pasos de los necesarios, y por tanto cambiando frecuentemente y sin sentido, distraído por las banalidades de su propio "yo". Dicha persona será considerada como menos "valiosa" por los que la rodeen, y al final incluso por sí mismo.

Besitos!

20 comentarios:

Sarlacc dijo...

No esperaba un post así en pleno domingo, supongo que después de tantas y tantas cogorzas, aunque a lo mejor alguna de ellas es lo que te ha hecho pensar en el asunto, ¿te ha pasado algo hijo? :D

Habría añadido el ejemplo del Real Madrid, grandioso durante sus cien años de vida y siempre buscando la excelencia, por eso es el más grande de entre los grandes y admirado... ¡salvo por obtusos gañanes¡.

Me ha gustado el post, ahora es cuando vendrá Andrés y te lo chafará :D

¡Besitos!

Tomás dijo...

A ver si se dignase a entrar el muy hurón, que ultimamente no se le ve el pelo. Entre su novia, sus "otros" amigos y su mierda de exámenes...

Anónimo dijo...

¡Muy interesante, Tomi! Me ha gustado lo de la línea recta. A veces es difícil ver hacia donde quieres llegar, y también el evitar hacer eses, pero se intenta. Me alegra que pienes que evoluconar no es siempre a peor, y que no es necesario cambiar demasiado la esencia para ello. ¡A ver si sigues deleitándonos con estas entradas!
Lidia 1.

Raúl dijo...

Sí, es lo que la gente llama principios, aunque la palabra se haya desvirtuado un poco. Dentro de una evolución personal, debe prevalecer una coherencia, una continuidad en tus actos.

Aunque veo una laguna en tu exposición, por lo demás, muy acertada: cuando te das cuenta, horrorizado, que la línea que sigues no es la correcta. No es que se desvíe un poco, lo cual ocurre, sino que va en sentido contrario. Es lícito, necesario y lógico cambiar de dirección cuando sólo te espera un barranco en el camino. Continuar sólo es propio de necios.

¡Un saludo, pitufo filósofo!

Elperro dijo...

Lo mejor para leer de resaca.

Yo opino que todos, como tu dices, evolucionamos (correcta o incorrectamente), mas pienso que todo el mundo, aunque cambie, mantiene una esencia que hace a la persona unica y diferente.

Gente que por muchos años que pasen, sean abogados, sean tenderos, sean ministros, sean lo que sean... seran facilmente reconocibles por su esencia

saludos!

Sarlacc dijo...

Esperemos que la esencia de ministro sea casi como las cucarachas, que no crezca, no se reproduzca y muera, pero que muera de verdad.

The crow dijo...

Me mola el post, y estoy de acuerdo... aunque le veo otra laguna, quizás esas oscilaciones son necesarias para la gente que todavía no ha encontrado su camino, en cuyo caso, las oscilaciones serían buenas y necesarias hasta encontrar dicho camino, cosa nada fácil por otra parte...
Besitos!

Vicen dijo...

Pues yo no puedo estar de acuerdo con este post. Pero vamos, me acabo de despertar y no tengo muchas ganas de argumentarlo :-)

El caso es que al final acabas de hablando de un cambio, por mucho que lo acotes. Y si la línea recta son los principio como dice Raúl, ya sabes que me parece algo irreal y que coarta la libertad del ser humano. No creo en ellos. Además, considero que en la duda, la evolución, el cambio... está la esencia y la grandeza del ser humano. Alguien estático, que marca su línea recta y no sale de ella porque no duda de si mismo, está condenado a la mediocridad. Se me ocurren varios ejemplos xD

Por otro lado, me alegra que, de vez en cuando, sigas poniendo post interesantes.

Os amo.

Tomás dijo...

No me refiero exáctamente a "principios". Simplemente nuestra mente, de manera casi siempre inconsciente, otorga más valor a aquello perdurable, y creo que hacemos lo mismo en relación a las personas.

Como es obvio que cambiamos, hemos de intentar que esos cambios obedezcan a algún objetivo concreto para que sean los menos posibles. Siempre y cuando queramos tenernos en estima y que nos la tengan también, claro. Pero vamos que si esto nos la sopla, podemos actuar de manera contraria. Allá cada cual.

En síntesis es básicamente eso. Por eso no son buenas esas "oscilaciones" tampoco, Migui.

Lo que dice el Mirete es verdad, esa esencia siempre está, pero no en términos absolutos. Creo que hay grados en ella, puede estar más borrosa o limpia y clara, por así decirlo.

En cuanto a lo que dice Lidi... A ver, nunca he dicho que la evolución de un individuo tenga que ser de manera necesaria a peor, aunque suele ser así. Lo que va siempre a peor es todo lo que pasa alrededor, pero ya hablo desde mi experiencia personal, a ti te puede ir la vida de puta madre.

Tomás dijo...

Por cierto Dio, ahora que releo, expones tu discrepancia pero no la defiendes (como bien dices en tu primer párrafo), pero me gustaría preguntarte sobre algo:

Afirmas de manera axiomática que aquel que está seguro de sí, o que no duda de sí mismo, como escribes, está condenado a la mediocridad. ¿En base a qué crees que existe dicha relación directa? Sería divertido discutirlo, ya que el otro elemento díscolo habitual en este tipo de posts no se diga a asomar la trompa por aquí.

Besitos!

Raúl dijo...

Creo que los principios que el Vicen ve como "irreales" no son de los que yo hablaba, yéndose a una definición más actual y moralista. Yo me refería a una visión más metafísica de los mismos.

Y quizás deambule por el término porque como 'esencia' no me entra bien. ¿Sería cualidades, peculiaridades, pensamientos o principios, llámalos como quieras, los que conforman nuestra 'esencia'? ¿Uno de ellos, varios? ¿Es la esencia un elemento único que prevalece sobre otras "características" del sujeto o se forma de varios? ¿Qué opinan las pobres cucarachas al ser comparadas con ministros? ¿A qué huelen las nubes?

Sarlacc dijo...

Desde luego con estas discusiones conseguís que me sienta sumamente imbécil, ¿vuestros papás os ayudan a escribir todo esto verdad?

José Rafael dijo...

Yo creo que todo proceso evolutivo en el plano intelectual y ético procede de la duda, es decir, en el hecho de dudar hay siempre dos proposiciones o tesis entre las cuales la mente se siente fluctuante. La evolución, tanto negativa como positiva, surge de la decisión ante esa duda. Dada la experiencia empírica de que la evolución del ser humano en el ámbito ético e intelectual no es homogénea no creo en la existencia de unos patrones universales por los cuales el ser humano marque una dirección determinada. Tampoco digo que de forma subjetiva cada uno no obedezca unos patrones, sólo que estos no son extrapolables a otros. No creo que seamos más "valiosos" en la medida en que seamos menos cambiantes, sino en la medida de que nuestra mutabilidad sea el fruto de una profunda reflexión y nuestros cambios acertados. Si bien también es cierto que una excesiva mutabilidad fruto de la irreflexión no nos ayuda.

En relación a la pregunta que le lanzas a vicen en relación con su anterior comentario, voy a permitirme la licencia de interntar contestarla.

Si alguien no duda de sí mismo, y no me refiero en el ámbito existencial sino más bien en un plano vital, es porque tiene fe, es decir cree en sí mismo a ojos cerrados, pero esta fe sin la duda no es más que un mero automatismo psicológico. Le puede conducir a una mediocridad ya que las decisiones que toma en el plano vital no son fruto de una reflexión sino de su estupidez.

Esa es mi opinión. Besakos!!!

Vicen dijo...

Joder, venía dispuesto a una ofrecer una larga disertación pero tu hermano lo ha dicho casi todo. Y en menos palabras :-)

Básicamente, la respuesta a tu pregunta es la que da Pepe en su último párrafo. Realmente creo que la duda, la reflexión, la autocrítica, etc. hacen que la evolución del ser humano sea rica, tanto para sí mismo como para los demás. Creo que nos hacen llegar a cierto nivel de conocimiento propio que de la otra manera no conseguiríamos. Nos hacen explorar facetas, sensaciones, emociones, etc. de las que surgen el pensamiento, la creatividad, el arte...

Por todo esto, creo que vivir aferrado a ciertos principios, o a la fe en uno mismo hace que la persona acabe vagando por la mediocridad.

Tomás dijo...

A ver Pepico, cuando dices en tu primer párrafo:

"Dada la experiencia empírica de que la evolución del ser humano en el ámbito ético e intelectual no es homogénea no creo en la existencia de unos patrones universales por los cuales el ser humano marque una dirección determinada"

Hablas del ser humano en general y de unos patrones de evolución aplicables a todos, y yo nunca he dicho esto. No todos llegamos al mismo punto por el mismo camino. Sí que hay cierta universalidad en algunos de estos cánones evolutivos, pero ciertamente no en otros. En cualquier caso no es a lo que iba yo.

Tu segundo párrafo, en el que converges con la idea de vicen, ya me gusta un poco más. Y estoy de acuerdo. No obstante mucho me temo que no contradice del todo lo que yo defiendo, porque cada cambio nace, en efecto, de la duda y la reflexión, pero también puede nacer un "me quedo como estoy" de la misma duda y reflexión, y hemos de marcar nuestro camino basándonos en eso, y no tomándo el cambio como algo que debe ser constante por ser siempre positivo. De hecho no lo es en tanto en cuanto seremos considerados menos valiosos por los que nos rodeen. Y esto viene, como explico, de la teoría de que solemos valorar más (de manera inconsciente) aquello mantiene su esencia inmutable por más tiempo. Y aporto ejemplos.

No es que haya que cambiar o no cambiar, pues aunque no quieras cambiar cambias, así que sería imposible esa mediocridad de la que habláis de manera total, según vuestra teoría.

Sólo digo que si consideramos el punto X como un lugar metafórico adecuado para nuestra persona, debemos llegar a él oscilando (como explicaba) lo menos posible en nuestro proceso de cambio, y sólo efectuarlo cuando tengamos claro que es el mejor. Así nos evitaremos tener que cambiar hacia otro sitio metafórico porque hayamos descubierto que el anterior no molaba tanto, con el consiguiente desvirtuamiento de la persona.

Luego Raúl hablaba de que no le gusta el término esencia.

Esencia: Conjunto de características fundamentales, permanentes e invariables que determinan a un ser o una cosa.

Aquí la palabra clave es "invariables", porque los pensamientos o los principios varían. Si no te gusta el palabrejo, llámalo substancia o como tu veas, pero la idea es esa. Aparte, y como decía arriba, respecto a las personas, podemos percibir la esencia de alguien de manera más nítida o menos, según se haya desvirtuado. Pero eso ya es teoría mía.

Besitos!

PD: Menudo tocháncano. Me podía haber currao otro post.

Raúl dijo...

No es que no me gustase más o menos, es que no la pillaba en el contexto. Así está mejor, con su definición y todo.

Amm, y ya que os pillo a los dos (Tomás y Vicente), mañana miércoles partido de fútbol, sobre las 6 y media. Si no leéis esto, ya encontraremos la forma de que os llegue la información. Señales de humo se me ocurren.

Tomás dijo...

Lo veo difícil, porque hoy miércoles enasayo también, para no ensayar jueves que quiero ir a ver al Rosendo.

Unknown dijo...

Bueno,niño; me ha sorprendido tu reflexión. Supongo que porque la barra de un bar no es el mejor sitio para desarrollar ninguna idea.
Al contrario del amigo Vicen, estoy de acuerdo contigo. Creo que aunque todos evolucionamos, es importante mantener un mínimo de cohencia pesonal.
A ver si sigues sorprendiendo¡¡¡

Un beso, zagalico

Yhandros dijo...

Hay que estar seguro del camino que se sigue, pero también hay que saber cuándo aparece otro camino mejor o que se adecua más a lo que perseguimos.
Se trata de ir esculpiendonos en piedra, pero con la posibilidad de tapar con masilla cuando nos damos cuenta de que nos hemos equivocado.

Nergal dijo...

Qué sorpresa! Todo lo que hacía falta para conseguir que habléis de estas cosas era dejar de hacerlo yo. Dejar de hacerlo yo muhco, porque ya llevaba algún añejo sin actualizar :D

Llego tarde para discutir así que le dejo a mi toltuguita mis opiniones para que las lea cuando guste.

Uno de los seres que mantiene su esencia durante tiempos inmemoriales es la cucaracha.

Por cada cambio positivo que se produce en la Naturaleza (evolución) se producen millones de cambios perjudiciales (mutación), desconfía de quien "mucho cambia" :D

A la gente le gusta creerse alguien, y como su estupidez ha quedado patente en el transcurso de su existencia sólo encuentran un camino para explicar su deseada e incierta ausencia de estupidez actual: el cambio. Eso no significa que cambien, salvo su imparcialidad que va cediendo terreno a las fantasías de grandeza y al dogmatismo.

El cambio que define Pep diríase que es el deseado, pero hay muchas formas de cambiar que no implican un desarrollo cognitivo. Pasa una hambruna y te convertirás en un ladrón de comida efectivo (o morirás) por muy en contra que estuvieses de robar o de la comida en tiempos más abundantes.