Proponemos incrementar el tipo del Impuesto de Sociedades de las entidades financieras hasta el 35% y establecer una Tasa Especial sobre el beneficio sobredimensionado, (aquél cuyo crecimiento sea superior al triple del IPC) cuya recaudación se destinará a programas sociales de vivienda y revertir en la subsidiación efectiva de intereses en créditos hipotecarios para las familias económicamente más modestas.
lunes, 25 de febrero de 2008
¿Qué os parecen?
miércoles, 6 de febrero de 2008
Un cretino y su radial
Supongo que estáis al tanto de lo infinitamente molesto que resulta despertar de manera forzosa y artificial. Normalmente, el encargado de tan ingrata tarea, es el despertador, contra el que al menos nos queda el iracundo consuelo de poder golpearlo repetidas veces, hasta que se calman nuestras ansias destructivas. Es una buena manera de empezar el día con energías para enfrentarnos a todo lo que nos lloverá encima a lo largo de las 16 horazas siguientes. Pero hoy, que no tenía que levantarme especialmente temprano, esas ansias destructivas se han transformado en instinto homicida, y el objeto de las mismas un infeliz con una flexadora en el piso de enfrente, al que os juro que hubiera desollado con ella. A las ocho de la mañana ha empezado el desgraciado a joderme la vida con un chirrido tan punzante que se le clavaba a uno en el cerebro, y ha parado a las 10, justo diez minutos después de que me levantase de la cama ya desquiciado, harto de meter la cabeza bajo la almohada. Supongo que el muy cabrón habrá parado para irse a almorzar. Pues le deseo la peor digestión de su vida. Y a su madre también.
Al final me he ido con Paul, que también andaba algo despierto esas horas, a tomar unas cañas y a intentar como cada vez que nos juntamos, encontrar un medio de vida que nos permita no trabajar. No damos con él, así que seguiremos dando vueltas a este tema.
Así entre unas cosas y otras, descubro que no tengo muchas ganas de ponerme con un trabajo que tengo que hacer para una asignatura, y cuyos apuntes aún no he mirado, y es uqe hay días que parece que el destino ya ha decidido por ti lo que tienes que hacer, o mejor dicho, lo que no tienes que hacer.